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Lope de Vega (1562-1635)
Lope de Vega creó el teatro clásico español del Siglo de Oro con una nueva fórmula dramática. En
dicha fórmula mezclaba lo trágico y lo cómico, y rompía las tres unidades aristotelicas que
propugnaba la escuela de poética italiana:
unidad de acción (que se cuente una sola historia) en cuanto a la unidad de acción, las
comedias de Lope utilizan el imbroglio o embrollo italiano (contar dos historias o más en la
misma obra, por lo general una principal y otra secundaria, o una protagonizada por nobles y
otra por sus sirvientes plebeyos).
unidad de tiempo (en 24 horas o un poco más) y de la de tiempo, es recomendable pero no
siempre se acata, y hay comedias que narran la vida entera de un individuo, si bien
recomendaba hacer coincidir el paso del tiempo con los entreactos.
unidad de lugar (que transcurra en un solo lugar) con respecto a la de lugar, no se acata en
absoluto;
Además, Lope de Vega no respeta una cuarta unidad, la unidad de estilo o decoro, y mezcla en su
obra lo trágico y lo cómico y se vale de un teatro polimétrico que utiliza distintos tipos de verso y
estrofa.
Los tres temas principales de su teatro son el amor, la fe y el honor. Hay hermosos intermedios
líricos, muchos de ellos de origen popular (Romancero, lírica tradicional). Se escogen preferentemente
los temas relacionados con la honra ("mueven con fuerza a toda gente", escribe Lope) y se rehúye la
sátira demasiado descubierta.
Dramas heroicos y de honor: poseen temas de historia nacional y personajes reales, e ideas
nacionalistas y protodemocráticas; se idealiza a los labradores ricos (Peribáñez y el comendador de
Ocaña, 1605-12) o a los campesinos, como en Fuenteovejuna (1612-14), este último caracterizado por
tener un protagonista colectivo, como en la Numancia (1585) cervantina o Los persas de Esquilo.
Obras: Los comendadores de Córdoba (1598), El mejor alcalde el rey (1620-23), El rey don Pedro en
Madrid (1618), Audiencias del rey don Pedro (1613-20) y La estrella de Sevilla (1623), considerada de
Lope hasta 1920.
Lope declaró haber escrito 1.500 piezas dramáticas; se conservan 426 comedias a él atribuidas (de las
que sólo 314 son seguras) y 42 autos sacramentales. Fija la fórmula de la comedia (nombre genérico
dado a cualquier pieza teatral larga), que obtiene una triunfal acogida popular. Quebranta las unidades
de lugar, tiempo y acción, exigidas por los preceptistas (y también por escritores como Cervantes,
frustrado como autor dramático por el triunfo de Lope). Y mezcla lo cómico y lo trágico tratando, dice,
de imitar a la naturaleza. Al servicio de este ideal, forja la «figura del donaire», que media con su
sentido común y su buen humor entre los espectadores y la escena. Pero al postular tal mezcla,
renuncia a la tragedia y se predispone para componer comedias propiamente dichas, y tragicomedias,
entre las que destacan las de comendadores, con asuntos de honra.
Escribe en verso, con variedad de metros (predomina el octosílabo). Adopta la división en tres
actos o jornadas, y acoge temas de muy variada naturaleza, sumiéndolos en un clima
intensamente español: de historia antigua (El esclavo de Roma) y extranjera (El gran duque de
Moscovia), religiosos (La buena guarda), mitológicos (El laberinto de Creta), de enredo inventado (El
acero de Madrid, La dama boba y El perro del hortelano), etc.