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PRIMERA ESTROFA SEGUNDA ESTROFA

Cendal de bruma = la niebla

Cinta de espuma = gemido del lago azul

Rumor sonoro / de arpa = el sonido

Beso del aura, onda de luz = la llama

Mensaje: lo inmaterial siempre se escapa cuando quieres tocarlo.

La segunda estrofa resume todos los elementos simbólicos de la primera estrofa:

Otras correlationis:

PRIMERA ESTROFA TERCERA ESTROFA

TÚ: rumor sonido / de arpa de oro YO: largo lamento / del ronco viento

Vibrante alveolar /r/ + /o/ Nasal (/m/ o /n/) + /o/: consonantes nasales y

Produce el ruido, la música lánguida (Juan guturales que imitan un quejido.

Ramón Jiménez) Escucha esa música lejana que parece un

lamento

Sentidos implicados: vista y oido. Falta el tacto, pues el tu, siendo “una sombra” y “una

visión”, es inalcanzable e intocable: “cuantas veces / voy a tocarte, te desvaneces”.

Romanticismo: teatro y prosa

Entre 1810 y 1830, son muy pocas las piezas originales del teatro nacional, lo cual

demuestra una clara decadencia del teatro español. Se puede hablar de un renacimiento

teatral sólo a partir de los años ‘40 del siglo XIX, cuando se construyen nuevos teatros y

se introducen una serie de mejoras técnicas como, por ejemplo, la iluminación por gas.

Aparecen, entonces, nuevos géneros y modelos: se ensaya un regreso a la tragedia

clásica y a las reglas aristotélicas, en la estela de modelos extranjeros (ej. Vittorio Alfieri,

Voltaire). Sin embargo, no es este retraso lo que representa la renovación teatral durante el

romanticismo. El espíritu romántico favorece la elección de temas nacionales, con

personajes históricos y legendarios; además, llega a utilizar un lenguaje retórico y muy

enfático. El máximo representante de este teatro romántico tan retorico es Manuel José

Quintana.

El drama romántico dura aproximadamente unos veinte años, de 1830 a 1850, y rompe

con las reglas clásicas para recuperar en parte algunos elementos de la comedia del Siglo

de Oro; la mayoría de estas piezas presentan una fuerte carga ideológica, debida al corte

liberal de muchos autores románticos que escriben principalmente en la primera fase liberal

del Romanticismo español. Se considera la “Conjura de Venecia” de Martínez de la Rosa

(1830) como el primer drama histórico original del romanticismo español; siguen esto

modelo otros dramaturgos, como el Duque de Rivas, Antonio García Gutiérrez o Juan

Eugenio Hartzenbusch.

Las cosas cambian con el “Don Juan Tenorio” de José Zorrilla (1844), curiosamente es

esto el más exitoso de los dramas románticos, porque en esa pieza se observa un cambio

de ruta, una suerte de reacción ‘anti-romántica’ caracterizada por el rechazo de los

héroes malditos. Zorrilla hace incluso que se arrepienta y que salve su amada el mismo

burlador de Sevilla. Quizás esto se deba a las transformaciones del público, que reclamaba

entonces (casi a mediados del siglo XIX), algo diferente desde un punto de vista moral,

filosófico, político y también literario. En esos años el público parece exigir sobre todo una

vuelta al orden, una recuperación de la armonía espiritual y social.

Para resumir el drama romantico:

-de 1830 a 1850;

-rompe con las reglas clásicas para recuperar elementos de las comedias áureas;

-Conjura de Venecia de Martínez de la Rosa (estrenado en 1834, pero escrito con toda

probabilidad en 1830): primer drama histórico original del Romanticismo español;

-luego: Duque de Rivas (Don Álvaro o la fuerza del sino, 1835), Antonio García Gutiérrez

(El Trovador, 1836) o Juan Eugenio Hartzenbusch (Los amantes de Teruel, 1837), autores

recuperados por Giuseppe Verdi ("La forza del destino” y “Il trovatore").

-Funciòn ideologica (Romanticismo liberal).

José Zorrilla:

Todo cambia con “El Zapatero y el Rey” de 1840 escrita por Jose Zorrilla. Su primera

producción teatral vuelve en contra de los excesos del primer romanticismo liberal,

utilizando la tradicional división en tres actos. Además, aunque siga privilegiando

personajes históricos o legendarios; elige siempre un desenlace feliz coherente con su

cosmovisión católica (ya el protagonista no es un personaje maldito, así que no tiene que

morirse su amada y todos los demás; es posible un final feliz).

Del teatro romántico quedan solo unos elementos:

- La ruptura de las reglas aristotélicas

- El uso de un lenguaje retórico

- La predilección por elementos escenográficos de impacto (apariciones, duelos, muertes

violentas etc.)

El “Don Juan Tenorio” de Zorrilla es una pieza bien estructurada que tuvo, y sigue teniendo,

éxito, y es una reescritura de dos obras del Siglo de Oro (“El burlador de Sevilla” y

"Convidado de piedra").

La prosa romántica: novela histórica y costumbrismo

El costumbrismo es un nuevo género de escritura que nace entre finales del siglo XVIII y

comienzo del XIX.

La prosa resurge de sus cenizas después de la decadencia del período ilustrado, pero en

este género no se advierte ninguna ruptura evidente: durante el romanticismo siguen

empleándose las formas barrocas. La prensa periódica en el XIX favoreció la publicación

de ‘novelas por entregas’, un fenómeno que ya se había impuesto a partir del siglo anterior

(XVIII). Prefieren, además, las traducciones de novelas, sobre todo de autores franceses

e ingleses: en España aparecieron obras de Irving, Rousseau, Voltaire etc. Sigue siendo

fundamental el tema de la educación de las mujeres: con cierta frecuencia los

protagonistas de estas narraciones son mujeres que luchan contra el poder paterno. La

auténtica novela romántica se afirma sólo después de la muerte de Fernando VII, y esto

pasa también a los otros géneros literarios de este período.

La novela romántica toma la forma de la “novela histórica”, imitación de los modelos

europeos. No obstante, la ambientación a menudo carece de verosimilitud, es decir que

los autores solían colocar sus historias en un pasado tan lejano como inventado, o sea en

una Edad Media del todo imaginaria. Las tramas no brillan por su originalidad, se repiten

muchas variaciones: el héroe intenta realizar su amor, está enamorado de una dama frágil e

indefensa, pero no puede triunfar por las circunstancias adversas. Los personajes

segundarios (siervos, bandidos, religiosos) son los típicos del arte popular (piénsense en el

teatro popular y anti-ilustrado del XVIII). Estos personajes permiten pintar un mundo arcano

y estetizante. En estos relatos hay muchas descripciones de paisajes y de costumbres

del pueblo español, que a menudo se evocan con una nostalgia evidente. Incluso el

lenguaje se adapta a esta pretendida vuelta al pasado al hacerse enfático y arcaizante. Se

adopta un lenguaje muy retórico. Los tópicos son muchos: el misterio acerca del origen

del héroe, los duelos, la muerte del protagonista, los disfraces, la agnición final etc. Estos

son los mismos elementos que encontramos en el drama romántico, y derivan de la cultura

barroca.

La novela histórica no tuvo mucho éxito, pero introdujo la tendencia a releer el pasado

nacional comparándolo con la decadencia del presente para dilucidar vicios del pueblo

español más que virtud, y vicios y virtudes de la época moderna (que se percibe como una

edad de decadencia). Esta misma actitud favoreció el nacimiento del llamado

costumbrismo, quizás el fenómeno más interesante de la prosa romántica española.

Según esta nueva moda, los autores escriben unos breves “cuadros de costumbres” que

intentan describir y fijar la esencia de la tradición nacional.

Los costumbristas reaccionan ante la percepción de una sociedad que está cambiando de

manera radical e intentan retratar a la España profunda, tradicional y profundamente

católica, antes de que desaparezca devorada por la modernidad (porque ven que está

amenazada por la modernidad).

El costumbrismo deriva de cierto modo de las sátiras ilustradas y representa el rostro más

realista del romanticismo español, del que exalta la voluntad de recuperar el pasado y las

tradiciones populares. Su medio de difusión es el periódico (ej. ‘El censor’ o ‘El

pensador’) que publicó cada vez más artículos costumbristas que describen escenas

pintorescas con personajes estereotipados (ej. típos andaluces o castellanos). Dos de los

costumbristas de artículos más importantes fueron Ramón de Mesonero Romanos que

ofreció una serie de bocetos madrileños (Escenas matritenses, 1842), y Serafín

Estébanez Calderón que reivindicó las tradiciones andaluzas (Escenas andaluzas, 1847).

Otro gran escritor es Mariano José de Larra (1809-1837); su perfil es el de un autor de

transición entre Ilustración y Romanticismo, en realidad es difícil clasificarlo. Escribió

numerosos artículos de costumbres que influyeron mucho en la literatura sucesiva, sobre

todo se ha convertido en un símbolo para la generación del ‘98. Larra empezó su

actividad escribiendo artículos costumbristas para diferentes revistas, donde publicó con el

seudónimo de ‘Fígaro’. Transcurrió parte de su vida en Francia y fue elegido diputado en

1836, pero no ejerció su cargo debido a las insurrecciones liberales de 1837. Sus escritos a

menudo arrancan de la descripción de un personaje o una costumbre, pero luego

transforma lo que describe en un símbolo de la decadencia española (de lo que más

tarde se llamaría ‘el problema de España’). Larra representa un eslabón fundamental entre

las sátiras ilustradas y las sucesivas críticas de la generación realista y de los

noventayochistas. Igual que los ilustrados, Larra censura la inútil y vieja aristocracia, pero

ataca asimismo a la clase media, la burguesía, a quien achaca la culpa de no haber

apoyado un cambio ‘liberal’ de la sociedad hispánica que Larra deseaba.

Además, coincide con los ilustrados porque identifica Europa con la renovación y la

modernidad,

Dettagli
Publisher
A.A. 2024-2025
139 pagine
SSD Scienze antichità, filologico-letterarie e storico-artistiche L-LIN/05 Letteratura spagnola

I contenuti di questa pagina costituiscono rielaborazioni personali del Publisher ireeemoreeee di informazioni apprese con la frequenza delle lezioni di Letteratura spagnola e studio autonomo di eventuali libri di riferimento in preparazione dell'esame finale o della tesi. Non devono intendersi come materiale ufficiale dell'università Università degli Studi di Ferrara o del prof Tanganelli Paolo.