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LA FIGURA DE LA MUJER COMO ACTRIZ (TEATRO)
No era un entorno remunerado para las mujeres – en la mentalidad barroca, trabajar por dinero era
despreciable, y si lo hacía una mujer aún más. Desde este punto de vista, manejar dinero se
consideraba algo insignificante, algo “vulgar”. En España no había bancos en aquella época, ya que
la aristocracia española consideraba que manejar dinero era mezquino y vulgar. La mujer que se
acercaba al mundo del teatro era considerada de poco valor, casi nada. La mujer que decidía ganarse
la vida siendo actriz estaba mal vista – por eso durante mucho tiempo los papeles femeninos eran
interpretados por hombres travestidos. Solo en el siglo XVII empezaron a aparecer las primeras
actrices. Los dramaturgos escribían obras con papeles especiales para determinadas actrices.
El ambiente teatral era complejo, variedad de personas socialmente, de papeles, de edades... un
ambiente promiscuo = razón principal por la que las mujeres estaban mal vistas. El trabajo en sí,
actor o actriz, no tenía dignidad → se consideraba un trabajo artesanal, mal considerado. Las
primeras presencias femeninas en la escena española fueron a finales del 1500 (en la década de
1580) – llegada tardía. 25
Año crucial es el 1587 cuando el Consejo de Castilla aprueba la presencia de actrices – atestación
oficial. Había una condición → estas actrices debían estar acompañadas y casadas en el teatro
por una figura masculina (marido) y debían interpretar exclusivamente papeles femeninos.
Una excepción → permitía a las mujeres solteras participar en el teatro – el padre, que ya trabajaba
en el teatro, podía incluir a su hija en la compañía teatral. El mensaje es el de siempre → la mujer
solo podía entrar en determinados círculos si iba acompañada de un hombre.
La idea de que las mujeres pudieran actuar en público era algo sumamente revolucionario. Aunque
estuvieran ligadas a una figura masculina, la idea de que les pagaran seguía siendo vista
negativamente. La mujer-actriz estaba tan mal vista que en la literatura se la comparaba con una
prostituta. A pesar de estas fuertes críticas a esta nueva actividad, seguía en pie → segunda mitad
del siglo XVII = las mujeres también podían ser contratadas por otras compañías teatrales de forma
independiente – sin estar casadas.
Estas actrices atraían a las espectadoras femeninas = eran “heroínas”, figuras de referencia. En el
teatro, las mujeres habían adquirido un espacio propio – redención del teatro ofrecido a las mujeres.
La combinación mujer-actriz que encarnaba a una mujer autónoma era una “amenaza” a los ojos del
público.
Otra figura femenina en el ámbito literario es la de la mujer-autora → los personajes femeninos
abundaban en todos los géneros literarios, también empezaron a abundar los papeles – lo que
escaseaban eran las autoras. Tenemos poca información, se cree que un gran número de autoras se
recluyeron en el ámbito doméstico sin imprimir sus propias obras. La mujer-autora también estaba
mal vista = debían tener una educación más allá de la “limitada” que ellas mismas se daban. Lo que
molestaba a los moralistas era que las mujeres tuvieran acceso a la consulta de obras profanas.
La mayoría de las obras de mujeres en el siglo XVII eran rechazadas hasta que eran “aceptadas” por
los grandes autores masculinos → lo que le pasó a María de Zayas = posibilidad de imprimir sus
propias obras. La mayoría de las obras que conocemos fueron escritas por escritoras que vivían en
conventos = místicas, religiosas → Santa Teresa fue la primera (literatura femenina, su primera obra
se publicó en 1588). Hay casos, aparte de María de Zayas, como Ana Caro o Feliciana Enríquez
→ escritoras profanas, sobre todo obras teatrales. Se dedicaron a escribir comedias o novelas, a
veces también tratados didácticos = condición femenina.
Tirso de Molina, Cervantes, Lope de Vega... entre los autores que muestran un mayor conocimiento
del universo femenino y una gran sensibilidad hacia los personajes femeninos en sus obras.
La producción de Cervantes → féminas de gran relevancia, gran variedad de figuras femeninas
inspiradas en la realidad de la época y que presentan esos rasgos “innovadores”. Crece en una
familia marcada por un grupo de féminas (varias hermanas, vive con su madre – padre muere joven)
→ a diferencia de Lope, que conoce el universo femenino a través de su pasión amorosa/relacional,
Cervantes tiene una experiencia más familiar ya que crece y vive en un núcleo lleno de féminas.
Tirso de Molina, dramaturgo, a pesar de ser un hombre de costumbres, muestra sensibilidad en su
retrato de los personajes femeninos. Formado desde pequeño en un contexto religioso y emitiendo
sus votos de joven – no tiene demasiado contacto directo con las mujeres, esta sensibilidad suya se
desarrolla a partir de sus lecturas y formación. Destacan figuras y personajes femeninos que nunca
son máscaras, bocetos de mujeres, sino que parecen el resultado de una reflexión y estudio de la
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mujer. Muestran el gran conocimiento de la mujer que tenía el dramaturgo. Se sitúa entre Lope de
Vega y Calderón de la Barca (= da cuerpo a la psicología de los personajes).
Lope de Vega introduce figuras bastante estereotipadas y estandarizadas.
Cervantes y el universo femenino de las novelas ejemplares
Novelas ejemplares → en la época, “novela” denota un género narrativo menor – la inspiración de
esta obra es el Decamerón de Boccaccio. La literatura oral todavía estaba muy extendida, se
contaban cuentos (en prosa) o romances. “Ejemplares”, ya que tienen una moraleja, un ejemplo –
enseñanza moral + entretenimiento. Hay 12 novelas y hay un número pronunciado de figuras
femeninas, es sorprendente lo variadas que son estas figuras – provienen de diferentes clases
sociales dependiendo de la novela en la que se encuentren. Igualmente, variado es el subgénero de
estas novelas (picaresca, novelas bizantinas, novelas de cautivos, novelas moriscas) y dependiendo
del subgénero cambian las protagonistas → picaresca (personajes humildes o féminas de baja
condición social). Lo sorprendente es que, incluso en su intento de delinear personajes que
correspondan al ideal de mujer del siglo XVII, Cervantes nos ofrece siempre figuras con rasgos
nuevos e inéditos (= por ejemplo, la posibilidad de elección).
En La gitanilla, la protagonista se llama Preciosa – al esbozar esta figura, a nivel estético
corresponde a los cánones de belleza de la España de la época (pelo moreno) – paradójicamente,
parece ser la típica amante del amor cortés (quiere que su marido le muestre devoción absoluta, que
sea su criado y que se dedique a la vida gitana). En Cervantes hay una inversión de los cánones →
la situación está en manos de las mujeres. Cervantes hace que Preciosa y Andrés cultiven primero la
amistad (modernidad extrema para la época) y les llama años de noviciado (= dos años) para que
profundicen en sus conocimientos. Cervantes propone una forma de relación hombre-mujer alejada
de la del cristianismo – lo justifica incorporándolo a un contexto gitano (= esto es lo que hacen los
gitanos).
Una situación similar, quizá más matizada, se da en El amante liberal → la protagonista, Leonisa,
es raptada por los moros y en este caso no es obligada a una relación forzada, ni seducida. Cuando
pasan las vicisitudes y consigue liberarse y reencontrarse con su amante liberal, entretanto ha
tenido que casarse con otro y pide a su padre que elija ella misma quién será su futuro marido. Esto
puede parecer, desde la perspectiva de la época, una falta de respeto hacia su padre.
Tanto Preciosa como Leonisa son presentadas como personajes que solo en parte corresponden a la
realidad de la época, ya que muestran características inéditas. Es como si Cervantes diera voz a
estas mujeres a través de estos personajes.
El celoso extremeño = Leonora es la joven novia de un viejo rico que la mantiene segregada y
controlada. No hay rescate por ella, aunque un hombre consiga entrar en la casa. En este caso
cumple el canon de la mujer sumisa del Siglo de Oro.
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En el contexto del matrimonio, Cervantes anticipa lo que María de Zayas llegaría a explorar = la
violencia doméstica. La fuerza de la sangre → novela ejemplares de Cervantes en la cual
ejemplifica el problema de la violencia dentro del matrimonio.
La ilustre fregona → su madre, una aristócrata, se había quedado embarazada fuera del matrimonio
y había dado a luz en secreto a esta hija ilegítima en una posada. La fregona había nacido dentro de
la posada y se creía hija de padres humildes. Lo que llama la atención es el embarazo de la madre
que tiene lugar fuera del matrimonio – la fregona es hija de una agresión sexual y por eso su madre
la abandona en la posada. Se trata de una relación basada en la violencia y de una hija fuera del
matrimonio – podemos considerar la obra instructiva, o ejemplar para las mujeres de la época.
El tema de la amistad es muy importante para Cervantes (también en Don Quijote) – La española
inglesa = siempre hay esta gran atención a los sentimientos, explorando los posibles caminos que
puede tomar el amor. Y la mujer nunca es un objeto pasivo, sino la autora de su propio destino y de
sus elecciones. Otro tema es el del falso matrimonio o la falsa promesa de matrimonio → El
casamiento engañoso. Existía en la época la práctica del matrimonio por palabras lo que siempre
hace Don Juan con sus víctimas. El tema del falso matrimonio = era el hombre que prometía
matrimonio a la mujer para gozar y luego no lo cumplía, PERO Cervantes invierte esta perspectiva.
En El casamiento engañoso, es una mujer la que seduce a un hombre y su único objetivo es sacarle
dinero. Cervantes es siempre muy irónico – el estudio Mario Socrate (Il riso maggiore di
Cervantes) – en este caso lo que la mujer deja al hombre es una infección venérea.
El coloquio de los perros, Rinconete y Cortadillo, El licenciado vidriera, Las dos doncellas (=
deciden di