Modernismo y Generacion del '98

Modernismo y Generación del ‘98

Visión del mundo. En 1898, con la derrota contra Estados Unidos y la pérdida de las últimas colonias americanas, España vive una profunda crisis política, económica y social. La economía sigue basándose en la agricultura, la mayoría de la población está sin trabajo y en pobreza. Son años marcados por una gran inestabilidad política, tensiones sociales y descontento popular. Sin embargo nacen movimientos socialistas y obreros que provocan grandes cambios sociales. La Revolución bolchevique y la Primera Guerra Mundial influyen en la historia de los siglos XX y XXI. Además, en 1900, la publicación de La Interpretación de Los Sueños de Sigmund Freud, con sus revolucionarias teorías sobre el inconsciente, marca el principio de una revolución profunda y existencial: lo desconocido no reside solo afuera del hombre sino también dentro de él. Entonces, el hombre del siglo XX vive una absoluta crisis de identidad y pérdida de referencias, los que reflejan el arte y la literatura. Desastre del ‘98. A finales del siglo XIX, la mayoría de los territorios españoles de ultramar han adquirido su propia independencia, a España solo le quedan unas posesiones: Filipinas, Cuba y Puerto Rico. Estados Unidos está interesado en Cuba, debido a la situación estratégica de la isla y la producción de grandes plantaciones, y presiona para que las colonias españolas sean independientes. Esta es la situación que lleva a la guerra de Cuba en 1895, durante la cual los independentistas desarrollan la estrategia militar ‘‘guerra de guerrillas’’ que empeoró las condiciones de vida de los cubanos. En 1898, Estados Unidos envía un buque de guerra, el Maine, para apoyar a los independentistas pero después de su llegada explota causando la muerte de centenares de marineros. Entonces, Estados Unidos declara la guerra a España culpándola para desencadenar una guerra y apoderarse de sus colonias. La guerra hispano-estadounidense infligió una humillante derrota a una débil España, lo que llevó a la independencia de Cuba. Paralelamente, en Filipinas, otro movimiento independentista recibe el apoyo estadounidense y tras la batalla de Cavite, se firma el Tratado de París por el cual España renuncia a Cuba y cede Filipinas y Puerto Rico a Estados Unidos. Reinado de Alfonso XIII. En 1902, Alfonso XIII asume el poder y jura la Constitución como rey de España pero sufre un atentado causado por la violencia anarquista. Durante la Primera Guerra Mundial, la situación de Alfonso XIII resulta complicada, se experimentan varios problemas políticos y sociales. Después de la pérdida de las colonias, en España se forma una corriente regeneracionista en la que los intelectuales afirman la necesidad de renovar la estructuras del Estado, consideradas inadecuadas y causa del fracaso internacional. Los regeneracionistas insisten sobre la necesidad de fomentar la cultura entre clases populares, permitir el libre debate y consolidar la industria para construir una sociedad moderna y democrática.

Sin embargo, en el País Vasco y Cataluña, esta ideología adquiere características diferentes porque se considera que la regeneración del Estado debe pasar por la obtención de la autonomía. Este movimiento no logra realizarse porque falta la capacidad de reunir a los amplios grupos sociales, el Estado no está en condiciones de responder a las exigencias de renovación y el movimiento obrero español está todavía en una fase embrionaria. Se suceden una serie de proyectos reformistas que fracasan porque ni el gobierno conservador de Maura ni el liberal de Canalejas consiguen responder a las demandas sociales. Desde 1912 hasta 1923 se alternan gobiernos que no tienen tiempo para realizar iniciativas políticas, lo que causa la extensión del descontento popular. La Semana Trágica y la Guerra de Marruecos. Durante las dos primeras décadas del siglo XX, España conoce numerosas revueltas sociales, la más destacada tiene lugar en Barcelona, 1909, conocida como la Semana Trágica. El factor de descontento de la población es la Guerra de Marruecos, o guerra del Rif. Siempre en 1909 se produce una sublevación de las tribus del Rif, una región montañosa en el norte de Marruecos, contra las autoridades coloniales españolas atacando a los trabajadores españoles de las minas de hierro. Pero España envía tropas compuestas por padres de familia de clases obreras, lo que provoca la intervención de los sindicados y una huelga general que se inicia en Barcelona. Pronto, la revuelta se transforma en insurrección y se extiende a otras localidades catalanas. La protesta se transforma también en anticlerical y se arden muchos edificios religiosos.

Además, España ha sido derrotada por Marruecos cerca de Melilla y eso exacerba los ánimos de los insurrectos. Sin embargo, las autoridades enviaron refuerzos militares para reprimir con dureza las manifestaciones. El movimiento insurreccional toma en aquel momento conciencia de que la rebelión no se ha difundido en el resto del país y la situación vuelve a la normalidad no obstante el balance durísimo de muertos y heridos. En los años siguientes, la situación en las posesiones coloniales de Marruecos seguirá representando una cuestión delicada y sólo la dictadura de Primo del Rivera pondrá fin a la guerra de Marruecos. La crisis de 1917. La crisis de 1917 se enmarca dentro de la llamada ‘crisis de la Restauración’, la etapa final del reinado de Alfonso XIII. Es un año crucial en toda Europa a causa del conflicto mundial y la Revolución bolchevique, hay una huelga revolucionaria convocada por los sindicatos y el Partido Socialista Obrero y se teme que pueda provocar una revolución similar a la rusa. El ejército reprime la huelga y esto no hace más que aumentar la desafección de la población frente al sistema político. La crisis iniciada en 1898 y culminada en 1917, junto a la alternancia de gobiernos ineficaces, conducen al golpe de Estado y al establecimiento de la dictadura de Primo de Rivera en 1923. Después del fracaso político de la dictadura en 1930, Alfonso XIII impulsa la normalidad democrática con la intención de regenerar el régimen pero será abandonado por toda clase política. Arte. En el siglo XX, la arquitectura, con la llegada del Modernismo, desarrolla un estilo desvinculado del pasado inspirándose en la naturaleza para crear formas nuevas y muy decorativas. Nacido en Belga, el Modernismo se difunde en toda Europa con nombres diferentes: Liberty en Italia, Modern Style en Gran Bretaña, Art Nouveau en Francia. En España, el principal representante es el arquitecto Antoni Gaudi, creador de la Basílica de la Sagrada Familia, del Parque Güell y de otros importantes edificios en Barcelona.

Su estilo integra elementos ornamentales y se caracteriza por las formas plásticas y el trencadís, una decoración realizada con piezas de cerámica y vidrios triturados. Además, el nuevo siglo ve el nacimiento de los movimientos vanguardistas que se proponen renovar el concepto de arte por la experimentación, la búsqueda de innovación, la lucha contra la tradición y la exaltación de la libertad expresiva. Se considera que la primera obra vanguardista es Les demoiselles d’Avignon de Pablo Picasso, que inaugura el Cubismo. En 1909, Marinetti escribe el primer manifiesto de un movimiento de vanguardia, el Futurismo. Otras importantes vanguardias son el Expresionismo, el Dadaísmo y el Surrealismo. Literatura. En la literatura hispánica se desarrollan diferentes tendencias. - En poesía, el Modernismo nace con Azul en 1888, libro de poemas del nicaragüense Rubén Darío. La colección, influida por el Parnasianismo y el Simbolismo, supone una gran renovación del lenguaje introduciendo la musicalidad y las ambientaciones exóticas y expresando temas como la soledad, el rechazo de la realidad cotidiana, el escapismo, la melancolía, la sensualidad y la vitalidad. La búsqueda de la belleza se consigue a través de imágenes donde predomina el uso del color y su relaciones con todos los sentidos (elemento simbolista) así como el ritmo y la musicalidad. Se consigue de esta manera la perfección formal (elemento parnasiano) en la que se emplean estrofas de versos medievales y se usa un lenguaje culto. Otro movimiento es la generación del ‘98, así se denomina un grupo de escritores españoles durante el periodo posterior al desastre del ‘98.

Es el caso de Machado y Jimenez, quienes expresan simbolismo y reflexión existencial. Ambas tendencias comparten el deseo de renovar el lenguaje poético y el amor por el arte. - En la prosa, los autores introducen la centralidad de un protagonista complejo y el uso del diálogo para expresar contrastes ideológicos. Se abordan especialmente los conflictos existenciales como hace Unamuno en Niebla. Los temas principales son la preocupación por España, el interés por el paisaje castellano y la reflexión filosófica y existencial. Los escritores se proponen investigar los problemas de España a través de sus libros de viaje y ensayos, o representar la crisis existencial del hombre en novelas. Unamuno introduce el nuevo género literario ‘nivola’ y el concepto de intrahistoria en la que no se cuenta de los hechos históricos sino de la vida cotidiana y tradicional del pueblo español. Tienen la misma importancia también las vanguardias como el Surrealismo basado en los descubrimientos del subconsciente, el Creacionismo que quiere crear realidades nuevas y el Ultraísmo que rechaza cualquier sentimentalismo. - El teatro no goza de buena salud, está limitado por la censura y por la difícil situación económica, pero se propone el uso del verso, las ambientaciones históricas y exóticas y el deseo de evasión hacia otros tiempos y lugares. Con la llegada de las vanguardias, se inaugura un nuevo género, el esperpento, gracias a la obra de Valle-Inclán Luces de bohemia, el único autor que logra imponerse. Rubén Darío. Nace en 1867 en Nicaragua, es un poeta precoz. Reside en Chile donde publica Azul en 1888, obra clave de la poesía modernista. Viaja por Europa y llega a París, donde conoce a Paul Verlaine, el poeta francés que más influyó en su obra. En 1896 publica Prosas profanas y otros poemas, libro que consagra el Modernismo. También publica Cantos de vida y esperanza. Es el poeta que introduce el Modernismo en España y desencadena una revolución estilística que da un nuevo impulso a la poesía española.

Su evolución poética pasa por tres etapas marcadas por la publicación de los tres libros Azul, Prosas profanas y otros poemas y Cantos de vida y esperanza. Azul es el libro inaugural del Modernismo hispanoamericano, recoge relatos en prosa y poemas. Las prosas profanas, su libro de madurez, muestran la concepción de la poesía como belleza, hedonismo y sensualidad, está también toda la imaginería exótica como la mitología griega y la España medieval. Sin embargo se nota que el tono empieza a hacerse más melancólico, el yo lírico descubre el tiempo como adversario de la belleza. Cantos de vida sigue de una línea más intimista y existencial, con tonos reflexivos y temas existenciales. Sonatina. Es un poema que se encuentra en el libro Prosas profanas y otros poemas de Rubén Darío. El poema tiene un fuerte contenido emocional, cuenta una historia fijándose en los aspectos subjetivos e íntimos de la protagonista: una princesa que está triste. Ha perdido la risa, el color y el deseo de tocar su clave. A la princesa hacen compañía una dueña habladora y un bufón que no logran sacarla de su tristeza porque tiene una ilusión que no logra concretar. Así el yo poético se pregunta si la princesa piensa en un joven guapo, elegante y rico. Plantea hipótesis sobre el príncipe de Golconda, el de China, el rey de unas islas hermosas, el propietario de perlas de Ormuz. Se entienden los anhelos más profundos del alma de la princesa que se siente como en una prisión y quiere volar lejos, como una golondrina o una mariposa. Quiere volar en un lugar donde la espera un hermoso príncipe porque detesta el lugar donde vive, sintiéndose cautiva en su riqueza y en su belleza.

En la última estrofa, la hada madrina de la princesa interviene a través el empleo de un estilo indirecto para informarle que sus deseos se concretizarán. Es un texto completo que se divide en estrofas formadas por seis versos alejandrinos. El texto es una descripción poética del estado de soledad y melancolía, temas recurrentes en la poesía modernista. Encontramos predilección por ambientes exóticos, refinados y muestra del escapismo, es decir deseo de huida del presente a espacios alejados, sobre todo de Oriente con referencias a Golconda, China y Ormuz. Generación del ‘98. Los escritores que adoptaron una postura crítica ante las normas sociales y la situación política española se incluyen en la generación del ‘98. La Generación del 98 está formada por un grupo de escritores que tienen una formación intelectual bastante semejante, un estilo rompe con la literatura anterior, un acontecimiento que los aglutina (el desastre de 1898), y un guía espiritual reconocido por todos, Miguel de Unamuno. Es Azorín quien propone esta denominación incluyendo a autores como Unamuno, Maeztu, Valle-Inclán, Machado, todos ellos se caracterizan no solo por su amor al arte sino también por su espíritu de protesta y rebeldía, provocado en parte por la actualidad contemporánea, las doctrinas revolucionarias como el marxismo, el socialismo y el anarquismo. Una particularidad es el "grupo de los Tres", constituido por Baroja, Azorín y Maeztu. En 1901 publican un manifiesto en el que expresan su deseo de cooperar a la generación de un nuevo estado social en España. El medio utilizado para resolver la situación de miseria española sería la "ciencia social". La campaña política de los Tres acaba en fracaso, lo cual les conduce a la pérdida de interés por temas económicos y sociales.

Los Tres abandonan el camino de la acción e inician un giro hacia posturas idealistas y la actitud contemplativa. Los autores del ‘98 sufren así una importante evolución ideológica, marcada por el idealismo, las preocupaciones existenciales y religiosas, las interrogantes sobre el sentido de la vida y el destino del hombre, convirtiéndose en precursores del existencialismo. Los noventayochistas contribuyen poderosamente a la renovación literaria gracias al "sentido de la sobriedad" y el gusto por las palabras tradicionales: todos los noventayochistas ampliaron el léxico gracias a su conocimiento del habla de los pueblos. Introducen innovaciones en los géneros literarios configurando el ensayo moderno. Profundas novedades se observan también en la novela. En el teatro los intentos renovadores no tuvieron éxito. Además, la Generación del 98 se caracteriza por su grave preocupación por la imagen de España. Para lograr el cambio, intentan descubrir el alma de España por tres caminos: el paisaje, la historia y la literatura.

Descubren y sienten entusiasmo por el paisaje castellano, reflejo del espíritu sobrio y austero de sus habitantes. Consideran siempre a Castilla el núcleo de la nación española, la médula de España. Dejan de lado los sucesos heroicos y se centran en los hechos menudos de la vida cotidiana (concepto de intrahistoria). Se mira especialmente a los autores medievales. Frente al Romanticismo se proclama la necesidad de volver a la sencillez, a la frase viva y expresiva. Frente al Realismo, se busca la visión subjetiva provocada por la observación de la realidad. Antonio Machado. Nació en 1875 en Sevilla. Sus estudios se ven interrumpidos en varias ocasiones por la mala situación económica de la familia. Se traslada a París donde se hace profesor y amigo del poeta nicaragüense Rubén Darío, que tiene gran influencia en su trayectoria poética. Se traslada a Soria donde enseña e imparte sus conocimientos. Sus poemas en un principio eran modernistas (con tendencia hacia el simbolismo) pero con el paso del tiempo se acercaron más al grupo del 98 gracias al encuentro con Valle-Inclán y Unamuno. Por eso, en su poesía se encuentra una sinestesia perfecta entre la poética modernista y las teorías de la Generación del 98, se pueden distinguir tres etapas:
- etapa modernista, en la que publica Soledades, se reconoce la influencia romántica de Becquer y la modernista de Dario, con temas intimistas y el estilo sencillo;
- etapa noventayochista, en la que publica Campos de Castilla bajo la influencia de los autores del ‘98, se aleja del Modernismo con temas sociales, el paisaje castellano de Soria y la preocupación por España;
- etapa filosófica, típica de la generación del ‘14, marcada por una mayor preocupación filosófica y folclórica Soledades, galerías y otros poemas.

En su primera etapa, Machado trata temas modernistas como son los recuerdos de su infancia, los sueños o el amor. A pesar de que el modernismo trata sobre todo de obtener la belleza formal con el fin de evadirse de los problemas sociales, Machado se distingue del resto de autores dando a sus poemas un toque intimista y nostálgico. En el mismo título Soledades y galerías aparece el sentimiento introspectivo de su poesía: soledades, en efecto, no es que la soledad del poeta y las galerías son las galerías íntimas del alma en las que el poeta se orienta, términos que nos dan la imagen de un hombre solo que mira hacia su introspección. A través de sus palabras se destacan, siempre más, temas como la tristeza, la melancolía y la dolorida conciencia del vivir, y sobre todo una constante coexistencia de la voz del sueño y de la voz de la experiencia. Otro tema importante, los sueños, que son concebidos por Machado como la única forma de conocimiento. De hecho, “Soledad” es la experiencia de sentirse un extraño en el mundo y de encerrarse en sí mismo para convivir con sus reflexiones y “ensoñaciones”, limitándose a recordar sus experiencias pasadas andando en el sueño. Por último el tema del escepticismo religioso, que busca a Dios, pero lo considera un sueño o un deseo. Machado utiliza en sus poemas gran cantidad de símbolos, cuyo significado es imprescindible saber si se quiere interpretar sus poemas: la fuente hace referencia a sus anhelos e ilusiones, el camino hace referencia a la vida y a la búsqueda de su sentido, el aire representa la libertad del ser humano, el fuego simboliza la poesía amorosa, la tierra la relaciona con una realidad solitaria, la tarde representa la nostalgia de tiempos pasados o premonición de la muerte y el espejo se interpreta como el lugar donde son proyectados los recuerdos y los sueños. Otros símbolos son el agua, reflejo del fluir temporal y de la vida anterior; el reloj que no es el tiempo psíquico del hombre, sino el tiempo real (teoría de la relatividad de Einstein). La muerte supone la derivación lógica de sus inquietudes sobre el tiempo. Finalmente, Dios, símbolo invariable e impreciso en el tiempo, pero que para Machado ocupa un lugar significativo. Emplea un lenguaje poético depurado, sobrio y claro con abundancia de los adjetivos definidores. Campos de Castilla. Su obra Campos de Castilla se mete en el grupo del ‘98.

Es un libro de madurez, en el que Machado muestra sus inquietudes. En un principio aparecieron 50 poemas, luego hubo ediciones y aparecieron 90 poemas. Se distinguen poemas paisajísticos, en los que proyecta temas como la soledad, la fugacidad del tiempo o la muerte. Hay también poemas sobre el pasado, presente o futuro de España, que inspiran amor y preocupación por España, una fe en otra España. En estos poemas, Machado describe una comparación de las distintas épocas de España y se da cuenta que ese esplendor del pasado ha desaparecido en el presente. Surge el enfrentamiento en la España del pasado capaz de esplendor histórico que ya no es más que un recuerdo y la España del presente sumida en la falta de ideales y la miseria económica. Sin embargo, Machado habla del futuro posterior de España en el cual el país va a salir de esta situación y va volver al glorioso siglo pasado. Además, otro tema importante es el paisaje de Castilla, esencia de España, contemplado de manera objetiva y descriptiva pero en un segundo momento el autor expresa de manera subjetiva lo que supone para él este paisaje. Entonces el interés por el paisaje está fundido con expresiones personales. Destacan los paisajes castellanos y andaluces tanto como la exaltación del pueblo y sus gentes. Poesía XI.

El yo del poeta, en su caminar ensoñado por un entorno natural, está sumido en sus pensamientos y evoca una canción popular en la que se expresa la pérdida de un “doloroso amor” sufrido. El paisaje en comparación con el sentir del poeta se oscurece y al igual que el sentimiento amoroso, se desvanece. La imagen sugestiva de este camino en los sueños es la luz del crepúsculo (símbolo de la tarde, es decir la muerte). Ante esa pérdida el poeta expresa su nostalgia por ese sentimiento sufrido. El poeta vive el dramático presente fundamentalmente en la dimensión del recuerdo. Así el presente inminente no es más que la proyección de lo que ha sido porque la experiencia de los hechos cambia a la nuestra persona haciéndonos vivir el mismo presente de manera diferente. Según el poeta el tiempo es un eterno renacer y repetirse de los hechos, en cuanto el pasado vuelve solamente con esperanza del nuevo o un cambio de perspectiva. Para entender mejor la función psicológica del recuerdo, Machado afirma en otro poema: ‘De toda la memoria, sólo vale el don preclaro de evocar los sueños.’ Evocar los sueños no es el recordar nostálgico, sino el proceso de transformación de los recuerdos en una fuente de inspiración. Pero es importante subrayar que el pasado no puede ser vivido más en cuanto es pasado, es gracias “al sueño de ayer” que el pasado se mantiene actualizado. Por lo tanto, el sueño se utiliza como “vía de conocimiento” para obtener una nueva visión del presente. En el poema se percibe claramente este deseo de reconstruir el pasado, con sus sueños, o la imposibilidad de vivir experiencias que solo se pueden imaginar en el sueño. Por eso Machado trata también del tiempo perdido que es el tiempo incompleto que no consiguió lo completo a causa de la imposibilidad de vivir experiencias fuera de los sueños. Según la filosofía machadiana, el espejo es el lugar donde se proyectan los recuerdos y los sueños y entonces refleja el alma del poeta. La relatividad del tiempo. Esta teoría sostiene que los intervalos de tiempo no son absolutos e invariables, sino relativos. Einstein planteó su teoría de la relatividad cuando trataba de explicar el hecho de que la luz siempre tiene la misma velocidad para todos los observadores. Se descubre que el tiempo es relativo al estado de movimiento del observador, porque un observador parado puede ver a un cuerpo que viaja a una velocidad elevada pero, si se mueve a la misma velocidad del cuerpo, el tiempo pasará más lento. Se descubre además que el tiempo se deforma cerca de cuerpos muy masivos porque deforman el telo espacio-tiempo y entonces la masa ralentiza el tiempo.

Ramón María del Valle-Inclán. Como muchos autores de su generación, es un autodidacta. Se traslada a Madrid donde comienza a publicar sus primeros cuentos y artículos de crítica y frecuenta los cafés de la Puerta del Sol, lugar de tertulia: un café en el que se discute de arte, literatura, política o sociedad española. Participa en varias tertulias alimentando su fama de bohemio y haciéndose célebre por su habilidad conversacional. Durante la Primera Guerra Mundial viaja a París y publica su primer ‘esperpento’ y obra maestra Luces de bohemia. Se establece otra vez en Madrid cuando comienza la dictadura de Primo de Rivera con quien Valle-Inclan, siempre crítico, se enfrenta. Es uno de los autores más importantes de la literatura, se dedicó al periodismo, a la novela y a la poesía, pero el teatro es su género cumbre. En su producción, experimenta el Modernismo y la Generación del ‘98, con la constante preocupación por la realidad político-social de España. Su fase más importante es la del esperpento, un género literario que representa la realidad formando y distorsionando a través de la parodia para mostrar la imagen cruda y auténtica que se esconde. Luces de Bohemia. Luces de Bohemia es su primer esperpento, un nuevo modo de mirar la vida desde la literatura. Esta nueva perspectiva vital se basa en la deformación sistemática de la realidad con matemática de espejo cóncavo. Esta teoría se encuentra en la obra.

La historia se desarrolla en un espacio temporal muy breve, un día, en lugares poco convencionales de Madrid como tabernas, cafés, cárceles y calles pobladas de prostitutas y seres marginales. La obra nos narra un dantesco viaje: la peregrinación nocturna de Max Estrella, poeta bohemio que se ha quedado ciego y en la miseria, es un hombre irónico y crítico hacia la sociedad pero bueno y altruista hacia los más débiles; es guiado por su alter-ego don Latino, un anciano cínico y sin escrúpulos que encarna todo los males de la sociedad duramente criticada por Max. La obra se divide en 15 escenas. Las doce primeras escenas cuentan el viaje durante doce horas, del atardecer al amanecer del día siguiente, hasta la muerte del poeta. Las tres últimas escenas, que también ocupan doce horas, narran el entierro de Max y lo que ocurre después de su muerte. Encontramos en la obra cierto trasfondo real, ya que muchos de los personajes son reconocibles en la vida real, como malos ministros o escritores como Rubén Darío. Además se emplean expresiones de otros autores (Calderón, Rubén Darío) y citas textuales. Destaca la escena del cementerio, parodia del entierro de Ofelia en el Hamlet de Shakespeare. La obra puede también considerarse una parodia de la Divina Comedia ya que se utiliza el esquema del viaje imaginario de Dante a través de los tres reinos del Infierno, el Purgatorio y el Paradís en una deformación esperpéntica. En la undécima escena el mismo Max utiliza expresiones como ‘círculo infernal’ y ‘círculo dantesco’. Otro aspecto destacado de la obra es su función crítica dirigida a una España ruinosa y corrupta. Es una crítica colectiva, contra todo y contra todos. El rasgo más destacado del esperpento es la deformación idiomática: la lengua es compleja y múltiple, confluyen el habla pulida del hombre cultivado y la vulgar del pobre. La lengua refleja todas las capas de la sociedad: desde el lenguaje culto hasta el habla de las clases más bajas donde aparecen gitanismos y expresiones jergales. Hábil manipulador de la palabra, Valle-Inclán modifica y deforma la palabra para convertirla en un medio de expresión de la realidad esperpéntica. La sátira, la ironía y lo grotesco son las características esenciales de su lenguaje. Escena XII. La escena duodécima de Luces de Bohemia posee una gran relevancia, porque en ella se define el “Esperpento”, el género creado por Valle-Inclán y que se inaugura con esta obra. Se trata de un texto de acción dialogal. Don Latino y Max se encuentran a punto de amanecer en una calle de Madrid. Max le dice a Don Latino que va a inmortalizarlo en una novela.

Al pedido de que sea una tragedia, Max afirma: “la tragedia nuestra no es tragedia” y aclara que es “el esperpento” creado por Goya. A través de su personaje Max, Valle-Inclan nos explica que esperpento es una visión deformada de la realidad que vista a través de un espejo cóncavo, parece ridícula, absurda y deshumanizada. Es decir, solo por medio de la deformación se accede a la verdadera realidad grotesca de las cosas y la vida. Por tanto, en el diálogo entendemos la diferencia entre la palabra tragedia y el esperpento, son ambos géneros teatrales pero la tragedia se refiere al trágico destino humano mientras que el esperpento se entiende como una visión grotesca de la vida en España de principios de siglo, “España es una deformación grotesca de la civilización europea”. En consecuencia, el esperpento sería una tragedia-grotesca. Miguel de Unamuno. Es una de las personalidades más destacadas de la literatura española del siglo XX. Nació en Bilbao. En Madrid empieza la carrera de Filosofía y Letras y gana la cátedra de Griego en la Universidad de Salamanca, donde vivió casi toda su vida. Tuvo una amplísima cultura antigua y moderna, literaria y filosófica. Fue un gran crítico de los distintos regímenes políticos en los que vivió y como consecuencia de su oposición a la dictadura del general Primo de Rivera fue desterrado y se marchó primero a Fuerteventura y luego a Francia. Tras la caída del general vuelve triunfalmente a España y fue diputado durante la República. Cuando estalla la Guerra Civil, en un primer momento simpatiza con Francisco Franco y los nacionales, pero este entusiasmo se convierte en decepción. Su postura definitiva ante las fuerzas de Franco (con la famosa frase: "Venceréis pero no convenceréis") le valió ser destituido y confinado en su domicilio. Unamuno fue siempre un hombre inquieto y rebelde, viviendo siempre con dudas religiosas y existenciales Cultiva todos los géneros - teatro, poesía, ensayos, prosa - presididos por dos temáticas: España y el sentido de la vida humana. Unamuno ama a España y se siente español antes de todo. Reflexiona sobre el pasado de España, su literatura y su historia, sobre su presente, sus males y la necesidad de una renovación espiritual. En su recorrido por toda España retrata sus pueblos y tierras, su paisaje y dedica una atención especial a Castilla. Unamuno comienza con la exaltación del pasado hispánico, propia del tradicionalismo. Pero luego considera que la salvación de España no está en su “historia”, definitivamente muerta, sino en la “intra-historia”, concebida como “la vida silenciosa de millones de hombres sin historia” que prosiguen la vida cotidiana en la que está la verdadera tradición. Por eso afirmará que “la tradición eterna española”, es la que hemos de buscar en el presente vivo y no en el pasado muerto. Es una evolución que llevará a Unamuno a afirmar la primacía del espíritu español frente al europeo. Unamuno también está preocupado por el hombre de carne y hueso, con sus angustias y problemas, con el sentido trágico de su existencia, la tensión entre el ser o la nada, el problema de Dios y de la inmortalidad, el saber si moriremos del todo o no. Con Niebla inicia lo que él denominó nivolas: frente a la novela tradicional presenta el enfrentamiento de las almas, de las pasiones humanas, sin paisajes, ambientes
y costumbres.

Niebla plantea el problema de la existencia y la personalidad. Toda su producción se halla saturada de una honda preocupación filosófica. Afirma Unamuno que el “hombre concreto de carne y hueso es el sujeto y supremo objeto a la vez de toda filosofía”, y que “la cuestión humana es la cuestión de saber qué habrá después de que cada uno de nosotros se muera’’. Consecuente con esta idea, Unamuno intentará descubrir cuál habrá de ser el futuro de esa conciencia, una vez terminada la existencia terrenal. Unamuno destaca principalmente en la prosa, tanto en la novela como en el ensayo. Este último es el género que le permite indagar y criticar la realidad de su tiempo. Tiene un estilo que refleja con gran perfección los rasgos de su personalidad. Es sobrio y al mismo tiempo vivo y expresivo. Propone un estilo desnudo. Juega con el idioma, inventa términos nuevos. El existencialismo literario. Se trata de la expresión literaria de las inquietudes existenciales. La filosofía existencialista propiamente dicha se desarrollará, sobre todo, a raíz de la Segunda Guerra Mundial. Los interrogantes sobre la condición humana seguían exigiendo respuestas. Así llegamos a la Segunda Guerra Mundial y en ese marco se desarrolla el existencialismo ateo. Como Nietzsche, se piensa que Dios ha muerto pero entonces, el hombre sería una criatura absurda, el mundo sería un caos y la vida carecería de sentido. La literatura existencial se desarrolla con multitud de escritores como el teatro del absurdo de Beckett. España no escapó a las corrientes irracionalistas ni a las angustias vitales que fueron fruto del Modernismo y el ‘98. Así en el Modernismo había un malestar vital y una angustia que encuentra expresión hondísima, por ejemplo, en «Lo fatal» de Rubén Darío: «Ser y no saber nada... ni de dónde venimos.. !».

Igualmente, la poesía inicial de Antonio Machado «Soledades» gira en torno a temas como el destino del hombre, el tiempo, la muerte. Pero son los escritores del 98 quienes alcanzan un copioso e intenso desarrollo de los problemas existenciales. Como rasgo común tienen la introspección angustiada, el mismo hastío de vivir, el mismo dolor, la misma angustia vital. Estrechamente ligados a este tema se hallan sus actitudes ante lo religioso. Los noventayochistas habían caído en un total agnosticismo y anticlericalismo. Es preciso detenerse en Unamuno en quien los conflictos existenciales y religiosos se presentan con la máxima agudeza. La filosofía de Unamuno es una filosofía vitalista, en la línea de Kierkegaard, de un pensamiento vivo, de un hombre de carne y hueso con sus anhelos. Anhelos contradictorios de serse o de serlo todo. A estas ansias voraces de plenitud se opone la amenaza de la Nada tras la muerte. Y surge entonces la angustia, condición trágica del hombre. De ahí su hambre de Dios, necesidad de un Dios “garantizador’’ de su inmortalidad personal. Pero la razón, por un lado, le niega la esperanza, aunque su corazón, por otro, se la imponga desesperadamente. Tales son los anhelos y los conflictos que le arrancan gritos tan angustiados. Lo fatal (Cantos de vida y esperanza, Rubén Darío). El poema procede del libro Cantos de vida y esperanza, de marcado tono pesimista, casi angustioso, se resuelve en una reflexión sobre el origen y destino del hombre. El yo poético primero alaba y envidia al árbol porque apenas puede sentir su muerte; ese último sentimiento es más intenso aplicado a la piedra, ser inerte que no puede sentir el dolor y la pesadumbre de la vida. La falta de certezas sobre la vida humana y la obligación de vivir producen “terror”, a lo que se añade la única certeza: la muerte temprana. Se cierra el poema con un lamento amargo por la ignorancia que envuelve la existencia humana. El tema del poema se puede enunciar así: lamento reflexivo sobre la incertidumbre de la vida humana, cuyo único y terrible horizonte es la muerte, la incertidumbre de no saber a dónde vamos y de dónde venimos. Yo no soy yo (Jimenez). Este poema está escrito por Jiménez, se pueden apreciar varias características suyas como por ejemplo la búsqueda de alcanzar la eternidad a través de la poesía porque la poesía nunca muere. El poema se divide en dos partes, la primera sería ‘’yo no soy yo’’ en el cual el autor nos dice que no se siente como si fuera él. Después tenemos una pausa de reflexión en la cual el poeta nos dice quién es: ‘’soy este’’ y nos comienza a hablar de un yo poético invisible. Nos habla de que ese yo imaginario hace lo contrario a él, ‘’perdona cuando odio’’. Y por último llegamos al verso donde se muestra el tema de la poesía, ya que dice ‘’el que pasea por donde no estoy’’ es decir, el autor morirá pero el yo poético no porque la poesía nunca muere así que ese es el tema principal del poema. Este poema tiene elementos modernistas, por ejemplo, el sentido de melancolía debido a la falta de existencia, es decir que no es él mismo. El resto de características no se muestran modernistas ya que no hay amor ni sentimientos, no han utilizado símbolos y la métrica es totalmente libre. Esto es debido a que el autor vivió entre dos épocas y esta no es una obra perteneciente a su época modernista sino existencialista.