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Nuestro América
la primera conferencia panamericana y a la mano dominante de Europa y las intervenciones
de los EE.UU. El texto está relacionado con el texto de Sarmiento y se podría decir que la forma
de gobernar de los extranjeros – que no saben como funciona la sociedad latinoamericana –
es una manera de actuar como la barbarie. Y la gente latinoamericana por eso, los ciudadanos
latinoamericanos son la civilización. America del norte es el nuevo pelígro, la nueva amenaza
porque invaden a américa del sur y quieren gobernar aunque no saben el funcionamiento de
la sociedad. Esta vista de civilización y barbarie es otra, pero se puede ver como este discurso
pasa por la literatura hispanoamericana. Y en la época del modernismo
civilización vs. barbarie
lo propio se ve como bien, como civilizado y lo de fuera como mal, como barbariedad.
Mejor el triunfo de calibán?
Rubén Darío escribe en su obra completamente contrario a lo que escribió
El triunfo de calibán
Sarmiento (extranjeros en ciudad=civilización y bárbaros en el campo, los indígenas =
barbarie). Darío dice que hay un enfrentamiento de latinos y anglosajones y habla muy
insultando sobre la presencia de los estadounidendes.
6. Paisajes del interior: la exploración de la conciencia en la narrativa hispanoamericana
Como ha ocurrido en general con la novela moderna, la "nueva novela" hispanoamericana
es fundamentalmente subjetiva. El narrador se interesa, en primer lugar, por su propia
existencia (subjetivismo) y, en segundo lugar, por la visión de la totalidad sujeto
-objeto desde su conciencia (fenomenología).
En la novela tradicional el narrador estaba -siempre en líneas generales- fuera de los
acontecimientos. No hacía alusiones a sí mismo y el relato se presentaba en tercera persona.
Ahora, sin embargo, el narrador suele participar de los acontecimientos narrados y su
subjetividad queda manifiesta a través de tres maneras diferentes: a) con un papel
protagónico; b) con un papel secundario; c) con un papel de mero testigo presencial.
El descenso al "yo" debe hacerse hasta las regiones profundas del subconsciente y del
inconsciente, de aquí el papel tan primordial que adquiere el sueño en estas novelas, como
un medio de expresar ese subconsciente. Sólo una parte de la existencia corresponde a los
dominios del razonar consciente; al profundizar en el "yo" en busca de una mayor
autenticidad y realismo, se descubren todas esas fuerzas íntimas que nada tienen que ver
con la lógica y a las cuales tanta importancia se da desde Freud.
En el mundo del subconsciente tampoco es válido el determinismo ni la lógica. De ahí la
pérdida, en ocasiones, de la coherencia y la claridad en favor de una mayor verdad sobre el
hombre.
Sobradamente constatable es esta característica, más o menos acusada, en muchas de las
novelas hispanoamericanas actuales. No sólo en función del subconsciente, sino en virtud de
otras muchas circunstancias estructurales y de contenido, como pueden ser la simultaneidad
temporal, la ambigüedad que persiguen, la pretensión totalizadora de alguna de ellas, etc.
"Pedro Páramo", de Rulfo, es un ejemplo donde se muestra claramente: el mundo de los
vivos y el de los muertos se encuentran presentes en la novela, como una misma realidad sin
fronteras ni perspectivas. También "Cien años de soledad" forma parte de lo "real
imaginario".
7. Visiones de lo indígena en la literatura hispanoamericana
El tema del indio ha ido presentando a lo largo de la historia de la literatura
hispanoamericana variadas perspectivas según la actitud que el autor haya adoptado frente
a él.
Señalamos cuatro actitudes principales que se han ido sucediendo cronológicamente:
1º) Actitud fundamentalmente "descriptiva" ante el tema del indio, como la que, por
ejemplo, adoptaron los cronistas de la Conquista y la época virreinal, que pretendían dar a
conocer al resto del mundo las peculiaridades de la vida americana tras su descubrimiento.
2º) Actitud "exotista", fundamentalmente descriptiva también, con la que el autor romántico
se acerca al indio respondiendo al gusto de la época por lo remoto y primitivo; es el "buen
salvaje" rousseauniano. Esta segunda actitud se presenta a veces unida a la siguiente.
3º) Actitud "paternalista", acorde con los principios filosóficos del positivismo, con la que,
sobre todo los autores de finales del XIX, recogen en sus obras el tema indígena en un
intento de "educarlo", de sacarlo de sus supuestas primitivas creencias, de incorporarlo al
progreso "civilizador" de la cultura occidental.
4º) Actitud de clara denuncia y protesta ante la situación en que se encuentra la población
indígena, a la que se trata de reivindicar tanto en su aspecto socioeconómico como cultural.
Es la actitud cuya narrativa se conoce con el nombre de "indigenista", frente al de narrativa
"indianista" con que se conoce a la de las anteriores etapas.
5º) Una última actitud que se encuadra también dentro de la literatura indigenista (que no
"indianista") y cuya posición ante el tema del indio es de "revalorización", de hacer ver cómo
la cultura, costumbres y creencias indígenas son tan válidas como las occidentales y a la
postre conforman la identidad del hombre hispanoamericano en una importante proporción
que hay que valorar y recuperar.
2. Escritura y reescritura del ‘gaucho’: del Facundo al Martín Fierro
El gaucho en la obra de Sarmiento se describe como personaje de la barbariedad, gente del
campo, personas mal educadas y peligrosas. Este pensamiento sobre el gaucho vive un cambio
radical: en José Hernández el gaucho como un personaje héorico.
Martín Fierro
Sarmiento escribe en el capítulo II sobre el gaucho malo: misántropo; ...este hombre divorciado
con la sociedad, proscripto por las leyes; este salvaje de color blanco, no es, en el fondo, un ser
Y después sobre el cantor, el gaucho
más depravado que los que habitan las poblaciones.
cantor cual describe como la idealización de aquella vida de revueltas de barbarie y de peligros.
También la posía original del cantor es malo: pesada, monótona, irregular;
José Hernández reescribe el gaucho, hace un giro a una valoración positiva del gaucho; es una
figura con fracaso familiar, tiene que abandonar a sus hijos y esposa y se vuelve entonces en
un personaje violente (la violencia es inducida) y en segunda parte vuelve a civilizarse –
didáctico porque necesita la iglesia, la escuela y la formación para civilizarse.
una mitificación del gaucho (que coincide con la desapareción del gaucho) en XIX; la identidad
argentina acaba con el gaucho; el gaucho es un personaje que tiene cierta resistencia hacia la
civilización y tiene libertad (=romántico!); el gaucho en Martín Fierro recibe mucho respeto
porque es libre y independiente; a veces comparada con los vaqueros de América del Norte.
escritura y reescritura del gaucho: del “Facundo” al “Martín Fierro”
En un estudio serio de Argentina, la literatura local es sumamente importante en comprender la
situación básica del país. En la historia de Argentina, especialmente a los fines del siglo 19, se
encuentra un conflicto esencial: entre la barbaridad y la civilización. Dos autores prominentes
representan este conflicto: Domingo Faustino Sarmiento y José Hernández representando la
civilización y la barbaridad respectivamente.
En “Facundo”, el trabajo de Sarmiento, se encuentra la representación liberal de la civilización. Para él
no hay campo para el gaucho ni las indígenas si están demorando progreso y libertad. En términos de
género, es muy difícil colocar su obra; es una “historia, biografía, novela y estudio sociológico”. El
progreso triunfará sobre “las tradiciones envejecidas” en su opinión. El no se culpa a los gauchos por
ser gaucho, o en mejores palabras, las bárbaros por ser bárbaro, son simplemente un resulto de la
opresión de Rosas. Aunque no pueden controlar sus “instintos barbarízanos”, crea que son un
impedimento al progreso, entonces tuvo que destruirlos. No solo culpó a los gauchos sino las
indígenas también. Esta creencia que era compartida por muchos pensadores liberales empezó el
genocidio impuesto por el gobierno Argentino en las Campañas del Desierto, un capítulo muy triste
en la historia de ese país.
En “Martín Fierro” por José Hernández se encuentra el otro lado de este argumento entre la
civilización y la barbaridad. Se creció en el campo y tuvo una opinión diferente sobre la vida
campesina. Se puede encontrar su opinión contra-liberal en los títulos de algunos de sus artículos:
“¿Qué civilización es la de las matanzas” en cuál afirmó “La civilización sólo puede darnos derechos
que se deriven de ella misma.” Para el gaucho su herramienta más importante era la guitarra y el
poema de Hernández captura su canción solitaria. Está escrito en el lenguaje coloquial y aunque es
una visión romántica del gaucho, captura su situación perfectamente. Martín Fierro no es un héroe,
es simple un gaucho que viva la vida gauchesca hasta un día cuando una patrulla de reclutamiento
forzoso se ponga en el ejército. Ahí no le pagan ni le alimentan, entonces el se deserta y se va a su
hogar, pero su mujer ya se fue y no tiene nada. Es la situación jodida del gaucho y de los bárbaros: su
manera de vida destruido en el nombre del progreso.
Para D.F.Sarmiento, el gaucho era un verdadero problema en la sociedad que estaba formándose, un
indocumentado que se negaba a fijar residencia, a tener trabajo fijo. Era una "lacra" social.
En cambio, para José Hernández, el gaucho es una figura romántica; un hombre incomprendido y
perseguido por las autoridades. Un "héroe" que resistía a desaparecer.
3. Estructura y personajes en de Mariano Azuela
Los de abajo,
La obra “Los de abajo” de Mariano Azuela está dividida en tres partes y cuarenta y dos
capítulos: los primeros 21 capitulos forman la primera p