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EL BARROCO (17°-18° siglos)
Origen del término
Proviene de la palabra portuguesa “barrôco” cuyo femenino denominaba a las
• perlas que tenían alguna deformidad;
Proviene del sustantivo “baroco”, un silogismo de origen aristotélico que
• indica una ambigüedad que hace confundir. Esta figura representa un tipo de
razonamiento pedante y artificioso, generalemente en tono sarcástico y no
exento de polémica;
Fue en origen una palabra despectiva que designaba un tipo de arte caprichoso,
grandilocuente y excesivamente recargado. Así apareció por vez primera en el
Dictionnaire de Trévoux (1771), que define «en pintura, un cuadro o una figura de
gusto barroco, donde las reglas y las proporciones no son respetadas y todo está
representado siguiendo el capricho del artista.
El arte
El arte se volvió más refinado y ornamentado, con pervivencia de un cierto
racionalismo clasicista pero adoptando formas más dinámicas y efectistas y un
gusto por lo sorprendente y anecdótico, por las ilusiones ópticas y los golpes
de efecto.
Se observa una preponderancia de la representación realista: en una época de
penuria económica, el hombre se enfrenta de forma más cruda a la realidad. Por
otro lado, a menudo esta cruda realidad se somete a la mentalidad de una época
turbada y desengañada, lo que se manifiesta en una cierta distorsión de las
formas, en efectos forzados y violentos, fuertes contrastes de luces y sombras y cierta
tendencia al desequilibrio y la exageración.
Temas y autores en España
El siglo más característico del barroco literario español es el XVII (España estuvo
gobernada por tres monarcas: Felipe II, Felipe III, Felipe IV) y los autores mas
importantes son:
Prosistas: Baltasar Gracián, Francisco de Quevedo
- Dramaturgos: Lope de Vega, Tirso de Molina, Calderón de la Barca y Juan Ruiz de
- Alarcón
Poétas: Quevedo, Lope de Vega y Góngora
-
El Barroco se caracteriza por lo siguiente:
Pesimismo: el Renacimiento no consiguió su propósito de imponer la armonía
y la perfección en el mundo; las guerras y las desigualdades sociales seguían
estando presentes. Esto signífica también una pérdida de confianza en los
ideales renacentistas.