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LA CUEVA DE MONTESINOS (II, 22-24)
- Engarce: discusión sobre amor y pobreza - 2+1: compañía del primo humanista –
burla de la vana erudición
- Destino anunciado (II, 12 y 18) - Descenso a la Cueva + sueño de DQ
(visita extraordinaria)
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Giulia Moro
Storia della cultura e società spagnola
El episodio de La Cueva de Montesinos en Don Quijote se presenta como una secuela de debates anteriores, como
la discusión sobre el amor y la pobreza (II, 12 y 18). Este debate se enlaza con las percepciones del caballero loco y
su interpretación de la vida, lo que le lleva a situaciones surrealistas, como la de este descenso a la cueva. Aquí,
Cervantes continúa jugando con la relación entre la realidad y la ficción, mientras Don Quijote se enfrenta a lo
extraordinario en una cueva que desafía las leyes naturales.
Destino anunciado:
La aventura de la Cueva de Montesinos ha sido, de alguna forma, anunciada con antelación en pasajes previos. Ya
se anticipaba el destino del caballero, con su búsqueda constante de pruebas heroicas y su inclinación a embarcarse
en aventuras que desafíen la lógica, como su descenso al “infierno” o la “luna”. La Cueva de Montesinos, por tanto,
se convierte en un espacio simbólico de transición hacia lo maravilloso y lo absurdo.
Compañía del primo humanista: burla de la vana erudición
Don Quijote es acompañado por un primo humanista, un personaje que parodia la erudición vana y el estudio
excesivo de cuestiones académicas que no tienen conexión directa con la realidad práctica. El primo es un ejemplo
de la crítica cervantina a la falsa cultura académica, que no tiene en cuenta los problemas reales del mundo y es
vista como una burla dentro de la novela.
Descenso a la Cueva y el sueño de Don Quijote
El descenso a la cueva inicia un episodio que se estructura en dos niveles: el real y el onírico. Don Quijote se
adentra en la cueva y, allí, tiene un sueño extraordinario que representa un viaje hacia el submundo. Este descenso a
la cueva y el sueño que sigue son elementos literarios clásicos, pero Cervantes los subraya con su característica
burla y revisión crítica del género caballeresco. Este episodio se conecta con la tradición de visiones épicas y viajes
a lugares subterráneos o sobrenaturales, como el Infierno de Dante o los descensos de héroes clásicos como Orfeo.
Tiempos:
Inicio (14h) Estancia de 1h (Sancho)
Regreso (15h) Percepción de 3 días (DQ)
Relato (16h)
El tratamiento del tiempo es fundamental en este episodio. A pesar de que el tiempo real de la aventura transcurre
en pocas horas (desde las 14h hasta las 15h, con Sancho llegando a la cueva una hora después), Don Quijote
percibe el tiempo como si hubieran transcurrido tres días. Este contraste entre tiempo subjetivo (la duración del
sueño) y tiempo objetivo (el de la realidad) sirve como un juego narrativo que cuestiona la percepción y la
verosimilitud de los acontecimientos.
Sentidos:
I. Desmitificación de la cueva – espacio mágico y simbólico
II. Imitación compuesta (filosofía, menipea, novela de caballerías…)
III. Perspectiva épica (descensus, prueba) y burlesca
IV. Rito iniciático
V. Conocimiento y creación literaria – debate sobre verosimilitud
- Ficción en ficción
- Inserción onírica
- Encuentro con personajes extraordinarios + elementos vulgares
- Vuelta de tuerca al género de las visiones
- Entrada de lo admirable maravilloso en la novela
1. Desmitificación de la cueva: La cueva de Montesinos es inicialmente presentada como un espacio mágico y
simbólico. Sin embargo, a medida que se desarrolla el episodio, Cervantes desmitifica este espacio, mostrando
la ironía y la falsedad en la visión heroica de Don Quijote.
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Giulia Moro
Storia della cultura e società spagnola
2. Imitación compuesta: El relato de la cueva imita varios géneros literarios, como la filosofía, la menipea
(género satírico) y la novela de caballerías. Esta mezcla de géneros permite que el episodio sea polifacético,
con capas de significado que combinan lo serio y lo burlesco.
3. Perspectiva épica y burlesca: El descenso a la cueva adopta una perspectiva épica, como una especie de
prueba iniciática. Sin embargo, la forma en que Don Quijote se enfrenta a estos desafíos es burlesca. Este juego
entre lo épico y lo cómico muestra el continuo desafío cervantino a las convenciones de la literatura
caballeresca.
4. Rito iniciático: Este episodio también se puede leer como un rito iniciático, en el que el caballero (Don
Quijote) tiene que afrontar un nuevo desafío, como lo haría cualquier héroe de la literatura épica. A través de su
descenso, Don Quijote parece ser transformado o probado por la experiencia.
5. Conocimiento y creación literaria: La cueva sirve también como un espacio de conocimiento y de creación
literaria. El sueño de Don Quijote es una manifestación de su imaginación desbordada, pero al mismo tiempo,
plantea preguntas sobre la verosimilitud y los límites de la ficción dentro de la narración.
Caballo de batalla – debate continuo:
- Realidad y ficción: El episodio juega con la ficción dentro de la ficción: Don Quijote narra su sueño a los demás
personajes, pero el relato mismo está impregnado de elementos fantásticos y extraordinarios que desdibujan las
fronteras entre lo real y lo imaginado. Aquí, la inserción onírica es un recurso que hace cuestionar la credibilidad de
lo que está sucediendo, invitando al lector a reflexionar sobre el sentido de la realidad en la novela.
- Locura y cordura: Cervantes da una nueva vuelta de tuerca al género tradicional de las visiones, especialmente las
que están presentes en los libros de caballería, haciendo que el sueño de Don Quijote se convierta en un espacio de
autoengaño o falsa revelación. Esto añade una capa de ironía y crítica al uso de lo maravilloso en los relatos épicos.
Perspectivismo general:
- Relato de DQ (II, 23): veracidad y recepción (escepticismo y credulidad)
Fiabilidad narrativa:
- Única aventura con testimonio exclusivo de DQ (narrador y personaje)
- Desconfianza de Cide Hamete – episodio apócrifo (II, 24)
Dice el que tradujo esta grande historia del original de la que escribió su primer autor Cide Hamete Benengeli,
que llegando al capítulo de la aventura de la cueva de Montesinos, en el margen dél estaban escritas de mano
del mesmo Hamete estas mismas razones:
«No me puedo dar a entender ni me puedo persuadir que al valeroso don Quijote le pasase puntualmente todo lo
que en el antecedente capítulo queda escrito. La razón es que todas las aventuras hasta aquí sucedidas han sido
contingibles y verisímiles, pero esta desta cueva no le hallo entrada alguna para tenerla por verdadera, por ir tan
fuera de los términos razonables. Pues pensar yo que don Quijote mintiese, siendo el más verdadero hidalgo y el
más noble caballero de sus tiempos, no es posible, que no dijera él una mentira si le asaetearan. Por otra parte,
considero que él la contó y la dijo con todas las circunstancias dichas, y que no pudo fabricar en tan breve espacio
tan gran máquina de disparates; y si esta aventura parece apócrifa, yo no tengo la culpa, y, así, sin afirmarla por
falsa o verdadera, la escribo. Tú, letor, pues eres prudente, juzga lo que te pareciere, que yo no debo ni puedo más,
puesto que se tiene por cierto que a
1. Relato de Don Quijote (II, 23): El testimonio de Don Quijote sobre lo ocurrido en la cueva es una narración
completamente subjetiva. Su veracidad se pone en duda debido a la distancia entre la realidad y lo que él
relata. Los demás personajes, especialmente Sancho, reaccionan con escepticismo ante la versión de los
hechos que ofrece Don Quijote.
2. Fiabilidad narrativa: Este es el único episodio en la novela en que Don Quijote es el único testigo de los
hechos, lo que refuerza la idea de inseguridad narrativa. Cide Hamete Benengeli interviene en el relato,
afirmando que no cree en la veracidad del episodio de la cueva, pero también deja claro que no se puede
cuestionar el honor de Don Quijote, lo que refuerza la libertad del lector para decidir lo que considera real
o no.
Debate entre narradores (II, 24):
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Giulia Moro
Storia della cultura e società spagnola
«Mil zarandajas», fragmentos dispersos
- Unión de dos episodios (Montesinos y Maese Pedro)
Meditaciones de Cide Hamete:
- Proceso de redacción del segundo Quijote
- Conocimiento de Avellaneda
- Intervención directa del autor
- Apelación al lector – libertad
La Cueva de Montesinos (II, 22-24)
Ficción en ficción:
Vuelta de tuerca al género de las visiones:
Debate continuo: realidad y ficción, locura y cordura
A lo largo de este episodio, el debate entre realidad y ficción se intensifica, reflejando la locura de Don Quijote
frente a la cordura de los demás personajes. Este contraste no solo es narrativo, sino también metafictivo, pues pone
en cuestión los límites entre lo que el caballero cree y lo que los demás consideran posible.
EL RETABLO
- Retablo de maese Pedro (II, 25-27), «titerero» (‘titiritero’, burattinaio)
- Dos shows: mono adivino + retablo de Melisendra
En este episodio de Don Quijote, la representación de Maese Pedro se presenta como un episodio dentro de la
novela donde se mezclan elementos de ficción dentro de la ficción, el teatro y la crítica social. Maese Pedro, un
personaje que se introduce como un titiritero (o “burattinaio”), realiza un espectáculo de títeres que incluye dos
shows: el mono adivino y la representación de Melisendra. El episodio destaca por la ruptura de la ilusión
dramática por parte de Don Quijote, quien no puede evitar interrumpir la representación.
1. Mono adivino: El mono, que realiza un tipo de adivinación a través de la interpretación de gestos o
gesticulaciones, es un ejemplo de la credulidad popular de la época. Este tipo de prácticas se encuentran en el
marco de dudas sobre la ortodoxia de la adivinación, ya que se c