Miguel de Unamuno - Resumen y analisis de Niebla

Niebla

Niebla de Miguel de Unamuno es una novela que fue escrita en el año 1907 pero que se publicó en el año 1914, y representa un clásico de la literatura española. Niebla es la primera novela de un nuevo género narrativo creado por el mismo autor y definido con la palabra nivola, la oposición al realismo. En las nivolas unamunianas la acción gira alrededor de un único protagonista, hay un tema central que se profundiza y la exposición de ideas domina sobre la acción, además las descripciones se concentran en los diálogos y monólogos interiores que permiten profundizar en la mente y en el alma de los personajes. Niebla narra la vida de Augusto Pérez y su problema de vida cuando cuestiona lo cotidiano de su existencia con una multiplicidad de puntos de vista.

Estructura

Esta novela está estructurada por 33 capítulos que se dividen en tres partes . 1. La primera de ella es cuando Augusto, el personaje principal ve a Eugenia por primera vez, llega a conocerla y comienza a conquistarla, ya que desde el momento en que la ve, comienza a preguntarse seriamente qué es el amor, que es la vida, y comienza a idealizar la imagen de esta mujer, a la que solo ve sus ojos. 2. La segunda parte es la convivencia que tuvo con Eugenia desde que comenzó a visitarla a donde ella vivía en casa de unos tíos y la forma en cómo este se desconcierta al estar enamorado de todas las mujeres en general. En esta segunda parte él se cuestiona sobre cómo vive. Tiene un perro de nombre Orfeo que será el único punto de desahogo de sus sentimientos y a Víctor Goti quien le habla sobre cómo crear el Nivola y de la miseria que puede llegar a ser la vida en un instante. 3. La tercera parte corresponde al momento en que Eugenia lo engaña, y se escapa con Mauricio, haciendo del personaje principal una figura perdida, y también trata de cómo Miguel de Unamuno visita al personaje principal, lo que indica que el mismo es el propio escritor. La novela termina con la muerte de Augusto.

Tiempo y espacio

La descripción de los espacios no es muy extensa ni detallada, se podría decir que la novela se desarrolla en la sala de la casa de los tíos de Eugenia, en la casa de Augusto, en la casa de Miguel de Unamuno y en otros pocos lugares donde los personajes hacen citas para encontrarse. En cuanto al tiempo, la narración es lineal y cuenta con un par de anacronías que introducen narraciones independientes de ese mundo diegético.

Técnica y lenguaje

En la obra hay una predominancia de los diálogos con narrador en tercera persona, y los monólogos interiores en primera persona. El lenguaje de Niebla manifiesta la tensión entre los personajes, y esta tensión lingüística refleja el choque entre el mundo interior del protagonista y el mundo de la apariencia de las personas de su entorno. Entonces el lenguaje es en movimiento y está repleto de expresiones filosóficas, estructuras paradójicas, imágenes y juegos metafóricos.

Narrador

No se aprecia un único tipo de narrador predominante durante la extensión del relato sino más bien que se evidencian cambios en el tipo de narrador, pasando principalmente desde un narrador omnisciente ubicado fuera del relato hacia una transición en donde se puede observar claramente un narrador protagonista ubicado dentro del relato el cual está representado por Augusto Pérez y sus monólogos.

Argumento

Augusto Pérez es una persona que tiene una vida muy rutinaria y tranquila. Al verse afectado por el amor y por las pláticas que hace frecuentemente con su amigo Víctor Goti, comienza a cuestionar cada uno de los aspectos de su vida: se pregunta si alguien sabe lo que es amar, qué es vivir y cuál es la finalidad de la existencia, entre otros temas. Esos pensamientos lo consumen en el momento en el que su novia Eugenia huye con otro hombre después de que él abandona a Rosario, una muchacha que le planchaba la ropa, que le había jurado estar con él y quererle siempre. Al verse sin salida, decide buscar ayuda y se dirige a la casa de Miguel de Unamuno, un reconocido escritor, con la idea de que podría decirle qué hacer. Los resultados son inesperados cuando Unamuno se pronuncia su creador y le dice que es un ente de ficción a quien, incluso, puede matar si lo desea. Augusto, en su defensa, dice que quizá Unamuno también es el personaje “nivolesco” de alguien más y que ese ente terminará con su vida cuando menos lo espere; y defiende su existencia al mencionar que él volverá a vivir cada vez que alguien lea su historia, mientras que el autor vasco, en cambio, no lo hará. De esta forma, Miguel de Unamuno intenta plasmar el encuentro de un creador con su creación simulando la relación Dios-criatura; Niebla se construye alrededor de este tema mediante el desarrollo de conceptos como la concepción de la vida y el destino.

Personajes

• Augusto Peréz: es el protagonista de la novela; también es el antagonista. Es un hombre rico, de mediana edad cuya madre fallece y por eso vive acompañado de la sirvienta y un mayordomo. Es hijo único y cuando su madre viuda fallece, Augusto no sabe qué hacer con su vida. Es impuntual y todo el día se la pasa pensando en su propia existencia. Es un joven que desea vivir y no se atreve. De hecho, con su personaje, Miguel de Unamuno trata de unos temas muy importantes en la novela, osea el tema de la inmortalidad, porque Augusto lucha contra su destino, rogándole al autor que no lo mate, y el tema de la inadecuación del ser humano: Augusto es incapaz de resolver dilemas cotidianos, como si debe llevar el paraguas, al principio de la historia. El libro presenta muchas cuestiones y monólogos filosóficos. De hecho, Augusto es un personaje que piensa mucho en su vida y su existencia, alterada por la aparición de Eugenia, bella y manipuladora a partes iguales, se cuestiona cuestionar qué sentido tiene la vida y también se concibe extraviado en una densa niebla en la cual no conoce nada. Suele hablar repetidamente con su perro Orfeo y con su amigo Víctor Goti, pero este último le lleva la contraria constantemente haciendo que Auguste hable muchos más en extensos monólogos introvertidos. Augusto, al final, comprende que su vida sólo está hecha de tinta y papel y se suicida de un modo patético e histriónico: comer hasta indigestarse. Su evolución: Augusto inicia y termina con un enjuiciamiento filosófico, su transformación se huella en sus comienzos al enterarse a Eugenia, desde ese tiempo su energía vía por otro sentido, adonde él se desarrolla y se señal de otra suerte y su fortaleza hoy era profundo sentido de pensamiento y de fantasías y particularmente en el amor. Así mismo el comienza a acostumbrar corazones emotivos adonde factura de que verdaderamente en el apego y en los sentimentalismos interiores, hay otras cualquieras a más de eso inicia a percatar huellas como lo que siente por Rosario y así mismo con Liduvina y con cualquier compañera que se le presentara así mismo su entereza sobre las consecuencias.
• Víctor Goti: es el amigo más próximo de Augusto Pérez, y resulta un personaje un tanto ambiguo y atrabiliario. Siempre escucha con atención a su amigo, mientras comparten una partida de ajedrez, pero le da unos consejos a veces ridículos, a veces absurdos. Ha tenido una vida de conformidades hasta el momento en que su mujer queda embarazada y su relación con ella comienza a complicarse, ya que se pone de mal humor y muy tensa por el embarazo. No quiere seguir las normas de la sociedad en la que vive, y este personaje también adquiere relevancia porque es el que enuncia la teoría de la nivola porque para tener un poco de libertad creó una figura literaria a la que llamó Nivola, que es una estructura parecida a la novela de tradición pero con muchos más diálogos. Constantemente califica los juicios de Augusto como en vano e injusto, obligando a su amigo a tener monólogos más largos. Finalmente, cuando nace su hijo, se siente lleno y feliz con su vida diaria.
• Miguel de Unamuno: el autor real de la novela, también es un personaje en los tres últimos capítulos. En la historia era un reconocido escritor en España, al que Augusto visita cuando no sabe qué decisión debe tomar en su vida. El personaje del propio Unamuno es quien crea la nivola (Niebla) en la vida de Augusto y le confirma que no tiene poder para elegir sobre su existencia. Cuando Augusto le informa de su deseo de suicidarse, Miguel de Unamuno solo lo toma a burlas y le hace entender que él es un personaje que no existe y que no puede elegir sobre su propia vida. A partir de ese momento, Augusto se asume como un personaje e intenta mostrarle al autor que él también es una ficción creada por Dios. En la percepción de esta rebelión, Unamuno lo condena a muerte segura.
• Eugenia Domingo Del Arco: es una dama que da clases de piano, pero odia hacer esto, pero debe hacerlo ya que tiene que pagar una hipoteca de su casa la cual adquirió cuando su madre enfermó. Secretamente tiene una vida sentimental con Mauricio. Pero hace los intentos de que Augusto Pérez tenga una relación con ella para que este le dé un trabajo a Mauricio. Al poco tiempo esta decide fugarse con Mauricio y deja abandonado a Augusto Pérez, dejándole solo una nota en donde le pide perdón y le aconseja que busque a Rosario. En sí es una mujer luchadora, pero también es libre y piensa a futuro, para Augusto ella es símbolo de admiración, se ve grande, pero esto es por el enamoramiento que siente por ella, pero al final él verá que la misma es una mujer falsa, que lo ha engañado y se ha aprovechado de su persona. Pero en sí tiene un carácter fuerte y decidido, motivo por el cual no se deja dominar por otras personas. Unamuno la describe como una mujer bella, atractiva, de suave andar. • Mauricio: es el novio de Eugenia Domingo del Arco, y quien aconseja a Eugenia que haga que Augusto Pérez se enamore de ella. Él aconseja a Eugenia a hacer que Augusto apasionarse y tomar dinero para que ellos puedan casarse e ir a otra ciudad. Él tiene un caso con Rosario y confía en lo que ella le dice para visitar a Augusto, vencerlo y divertirse con él. Todavía, él es un hombre que se basa en su posición social para no buscar un empleo y vivir a costa de lo que ella y otras mujeres pueden dar a él.
• Rosario: es la muchacha que plancha la ropa de Augusto y se la lleva hasta su casa. Cuando Eugenia lo rechaza comienza a cortejarla y cuando esta acepta su propuesta, Augusto extrañamente no la acepta. Tenía amores a escondidas con Mauricio el novio de Eugenia y es la que le dice todo sobre las cosas que Augusto le promete.
• Orfeo: es un perro que Augusto Pérez encontró dentro de una caja, y es el único punto de desahogo de sus sentimientos. De hecho, este lo acompaña en cada uno de sus extensos monólogos que tiene sobre sus problemas intelectuales, y quien hace el epílogo en la novela, en el cual hace lamentaciones ya que sabe que su amo no ha logrado comprender que significa la vida. Orfeo es también el héroe mitológico griego que descendió a los infiernos para rescatar a su amada Eurídice, a la que perdió en el último momento por mirar atrás y contemplarla
• Domingo y Liduvina: son el mayordomo y el ama de llaves de la casa de Augusto. Son los criados de la casa de Augusto, adquieren bastante relevancia porque, además de gobernar la casa en los aspectos materiales, han de realizar tareas de consejeros del confuso Augusto. Representan el sentido común, el sentir de la mayoría, de la calle.
• Ermelinda, tía de Eugenia que, al conocer la buena posición económica de Augusto (motivo que en realidad no se explicita en la obra, pero el cual el lector puede deducir con el transcurso de los acontecimientos) se ve realmente interesada en la unión de Augusto y Eugenia y procura convencer a su sobrina de que debe aceptar a Augusto como esposo.
• Margarita, la portera de la casa de los tíos de Eugenia. Su intervención es puntual en la obra, aparece en un único momento pero que es clave para el desarrollo de la conquista de Eugenia. Es la mujer que facilita el nombre de la joven a Augusto y la que se encarga de entregar la carta que este escribe a Eugenia para presentarle y declararle su amor.

Significado de Niebla

Niebla es un título, que aunque a primera vista no guarde coherencia con el relato, tras reflexionar un poco se descubre, según la forma en que se utiliza el término “Niebla” en los diálogos y monólogos durante la obra, que se refiere a la confusión, a la duda, al malestar que Augusto siente a lo largo de la obra. La Niebla es la tristeza, la soledad, la burla y la humillación que Augusto soporta en esta nivola de Unamuno. La Niebla es también la duda de la existencia que se plantea Augusto tras la burla de Eugenia y tras la entrevista con Unamuno. A lo largo de la novela tenemos aproximadamente veintiséis menciones de la palabra niebla. Dentro de estas menciones tenemos cinco manejos diferentes del concepto de niebla: - Niebla como lugar gaseoso lleno de cosas (la vida). La primera mención de niebla la encontramos cuando Augusto dice que las cosas buenas y malas se albergan en la niebla, después identifica a la niebla como la vida. Por lo tanto, el primer concepto de niebla sería una metáfora de la vida: alberga cosas de la creación tanto buenas como malas pero es difusa, se confunden las cosas. Augusto dice que para vislumbrar a través de esta niebla se necesita astucia, y fue gracias a ésta que encontró algo bueno en la niebla de la vida: Eugenia. - Niebla como un lugar donde no se existe y se vagabundea. La segunda concepción de niebla nos habla de un lugar o de algo físico en donde no se existe como persona sino como ente ficticio. En esta niebla se albergan los recuerdos. Es un lugar muy parecido a los sueños, es confuso e incierto, sin embargo, no es la vida ya que las personas que están en esta niebla se conocen por estar ausentes de la vida normal. Por ejemplo, Augusto se considera un muñeco de niebla y dice estar toda su vida en la niebla y por lo tanto duda de su existencia en la vida material, por esta declaración entendemos que no está hablando de la niebla como la metáfora de la vida. Y es precisamente de esta niebla que Augusto le pide que lo saque, a su creador, Miguel de Unamuno para ya no ser un ente de ficción. Algo muy importante es que esta niebla llega a tomar un estado físico y se alberga en el cuerpo como el corazón y la cabeza de Augusto.
- Niebla convertida en otros estados de la materia, convirtiéndose en algo positivo. El tercer concepto de niebla en la novela de Unamuno habla de una niebla que cambia su estado de la materia, es decir, de ser gaseosa pasa a ser sólida o líquida. Cuando la niebla se vuelve granizo nos encontramos con una visión de las cosas perfectamente clara. Cuando la niebla se vuelve lluvia Augusto le encuentra sentido a su existencia y cree existir gracias a que la niebla ya no es difusa, pues es ahora agua. Por lo tanto, cuando la niebla ya no es gaseosa deja de ser algo confuso y empieza a ser claro. No es casualidad que Augusto conozca a Eugenia, la que le dará sentido a su existencia por un momento, durante un día de llovizna.
- Niebla como algo físico consecuencia de acelerar el pulso cardiaco. En el cuarto concepto de niebla, tenemos una niebla física que cubre los ojos. Esto sucede cuando Augusto está en apuros. La primera vez cuando Eugenia tocó su mano y Augusto vio una niebla roja que cubría sus ojos. Sin embargo, esta niebla se le volvió a atravesar en los ojos cuando creyó que Mauricio descubrió sus amoríos con Rosario. Esta última niebla ya no es roja. La causa de que la niebla cambie de color es, muy probablemente, porque Augusto siente algo por Eugenia y sus sentimientos se mezclan con esta niebla, recordemos que el color rojo está popularmente relacionado con el amor. - Niebla como la muerte o el paso a otra vida. Por último, nos encontramos con una niebla negra mencionada dos veces al final de la novela. La primera cuando muere Augusto y la segunda cuando Orfeo, el perro de Augusto, cuenta como se dirige a una niebla purificadora. Aunque esta última niebla no lleva el adjetivo “negra” sino “tenebrosa”, se entiende exactamente qué es la misma ya que Orfeo dice que ve a su amo cuando se dirige a dicha niebla.

Nivola

La obra lleva el subtítulo “nivola”, anagrama entre las palabras ‘niebla’ y ‘novela’, que es un neologismo inventado por el propio novelista. Unamuno quería denominar así a un nuevo género, “una narración basada en el diálogo donde los personajes se van haciendo a sí mismos, hablan mucho y guían al autor, que escribe todo cuanto se le ocurre sin saber qué es lo que vendrá”. Niebla es, por tanto, un manifiesto de cómo debe de ser la nueva literatura. El término “nivola” se ha definido como una ficción narrativa que pretende desmarcarse de las novelas realistas que dominaban en el siglo XIX y principios del XX. Los rasgos de las “nivolas” se concretan en: - importancia mayor de las reflexiones sobre los hechos acaecidos - desarrollo psicológico de los personajes: los personajes de las ”nivolas” suelen estar caracterizados por un único rasgo de su personalidad, lo que los convierte en " personajes planos", frente a los "personajes redondos", con muchas facetas, que predominan en las novelas realistas - breve ambientación realista: se acentúa el carácter abstracto y atemporal de las novelas al no detallar el lugar o la época en la que se desarrollan. - predominio del diálogo y el monólogo (se da el monólogo interior y el “monodiálogo”-) en detrimento de la descripción o la narración de hechos. Prólogo y post-prólogo son auténtico ensayo sobre la “nivola”, se expone qué es una nivola.

Aspectos tematicos

- Relación entre el autor y sus personajes, es decir, entre Dios y sus criaturas. Los personajes son entes de ficción creados por su autor, igual que Unamuno y todos nosotros somos también personajes de ficción creados por Dios. El destino no depende de nosotros y de nada nos vale rebelarnos contra el creador, como hace Augusto. Esta rebelión simboliza la del hombre contra Dios, que los crea para luego dejarlos morir. Por lo menos, como dice Augusto a Unamuno, seguirá viviendo cada vez que alguien lea su nivola, mientras que el autor tarde o temprano morirá asesinado a su vez por su propio creador sin que nadie pueda recurrir a él. Este pasaje destaca la inmortalidad de la literatura. - La vida es como un sueño, pero también es niebla, es decir, incertidumbre, pero no se ve lo que hay detrás de ella. Cruce entre realidad y ficción, verdad y sueño. - El absurdo existencial: el hombre está perdido en la angustia de una vida sin finalidad. Augusto es un individuo extraño, siempre divagando pero divisa a Eugenia y se da cuenta de su carácter decidido con lo cual comienza a reflexionar sobre distintos asuntos, pero, al tiempo, se siente vivo (“amo, ergo sum”, o sea, “amo, luego vivo”, por tanto, el amor deshace el vacío de su existencia).
- Ideas sobre la novela. ¿Qué es una nivola? Se va descubriendo a lo largo de la obra que es sin argumento, personajes que hablan mucho (diálogos, monólogos y monodiálogos), sin descripcione
- El amor como fuerza capaz de sacarnos de la monotonía de nuestra existencia.
- Problemas de identidad, de personalidad, exaltación de la duda - Visión de la mujer por parte del hombre (estudio Paparrigópulos sobre la el alma de las mujeres, diálogos con él y con Víctor sobre el mismo tema o los propios “experimentos” de Augusto con Rosario) y a la inversa (opiniones de Liduvina y de Eugenia, que dice que los hombres son todos “unos brutos”).

El pensamento de Unamano

En el pensamiento del filósofo español Miguel de Unamuno el punto de partida es siempre el hombre. No la naturaleza humana, no el hombre genérico sino el hombre concreto, "de carne y hueso, que nace, sufre y muere, y sobre todo muere". Es por tanto el individuo, con su conciencia, sus pasiones, sus sentimientos, sus conflictos, inmerso en su existencia real. El pensamiento de Unamuno es una filosofía del hombre. Lo que al filósofo vasco le importa es “el hombre de carne y hueso, el que nace, sufre y muere —sobre todo muere—, el que come, bebe, juega, duerme, piensa, y quiere: el hombre que se ve y a quien se oye, el hermano, el verdadero hermano”. El objeto de su reflexión es el hombre, el hombre que muere y que no puede no morir, aunque no quiera, el hombre que busca de cualquier modo perpetuarse. Lo trágico de la vida del hombre nace exactamente en la toma de conciencia de que tiene que morir. El fundamento de esta angustia está en la precariedad y la inconsistencia del ser, carcomido hasta la raíz por la temporalidad que no le permite eternizarse, sobrevivir, permanecer.

La tensión que se crea entre el anhelo de verdadera inmortalidad y la finitud de la vida, genera en el hombre aquella angustia para la que él busca una salida, aun sabiendo que no la hay o, mejor, que no puede existir si el hombre es dejado solo. En particular, las cuestiones de la mortalidad y la inmortalidad son los auténticos y eternos problemas de las reflexiones de Unamuno. La esencia de un individuo es perseverar en su ser, oponiéndose constantemente a su nada posible (después de la muerte física), luchando así por su inmortalidad. Pero la razón, por un lado, afirma que esto es imposible, mientras que el afán de supervivencia, por el otro, lo considera posible. Según Unamuno, es este imperativo vital el que impulsa al hombre a creer en Dios: la inmortalidad de su alma. La existencia de Dios únicamente corresponde a su función como garante de la inmortalidad del alma de cada hombre; y si el alma no es inmortal, entonces ¿para qué es Dios? Por eso Unamuno cree que Dios no es más que una proyección de la esencia humana. La prueba de la existencia de Dios no puede en efecto ser demostrable con argumentos racionales, sino que está dada por nuestra voluntad instintiva de supervivencia, por la incapacidad de resignarse a la muerte, por el deseo de inmortalidad.