Horacio Quiroga - Cuentos de la selva, la abeja haragana

La abeja haragana

Había una vez una abeja que no quería trabajar, volaba, tomaba el jugo de las flores y lo comía todo sin transformarlo en miel.
Era muy haragana, todas las mañanas salía de la colmena y volaba entre las flores.
Las otras abejas comenzaron a enfadarse porque ella era la única que no trabajaba.
Las abejas guardianas solían impedir a los bichos entrar pero un día impidieron la entrada también a la abeja haragana y le impidieron la entrada que intentaba meterse en su casita.
sus compañeras le dicen que es necesario que ella trabaje igual que todas las otras.
la advirtieron pero la dejaron pasar porque ella prometió ponerse a trabajar.
la noche siguiente se repitió el mismo escenario y también esta vez la dejaron pasar con la promesa de ponerse a trabajar.
un día comenzó a soplar un viento muy frío y la abejita intentò entrar a su casita pero la abejas guardianas la dejaron afuera y le dijeron que no había entrada para las haraganas.
La abeja temblando de frío se escondió en la cavidad de un árbol pero allí vivía una culebra que quería comérla.
La culebra entonces propone dos pruebas, si gana la culebra se va a comer la abeja pero si gana la abeja ella va a pasar la noche en el árbol.
Entonces la culebra hizo bailar un trompo y se puso a reír porque sabía que la abeja no era capaz de hacerlo.
La abeja respondió diciéndole que ella era capaz de desaparecer sin salir del árbol en 3 segundos.
la culebra cerró los ojos y cuando los abrió la abeja estaba desaparecida.
En realidad ella se escondió en una planta muy peculiar que la culebra no había notado.
La culebra estaba muy irritada para haber perdido las pruebas pero dejó en paz la abejita.
Adentro estaba muy frío y llovía y la abeja se recordaba de las noches en su casita al calor.
El día siguiente las guardianas la dejaron pasar porque se dieron cuenta que ella no era la haragana.
En efecto a partir de ese día la abeja fue la que fabricaba la mayor parte de la miel y cuando llegó el final de sus días tuvo tiempo de dar una última lección ‘si no trabajas tienes que utilizar tu inteligencia para salvarte la vida, la felicidad de todos es más importante de los deseos de uno.